Los cambios en la vida opositoril
Cuando hace unos meses decidí embarcarme en este viaje de las oposiciones ya sabía de antemano que iba a suponer un gran cambio en mi vida.
No es lo mismo la universidad que las oposiciones, no se parecen en nada. Y aunque yo aún no terminé mi etapa de universitaria, mi dedicación a las oposiciones está siendo bastante superior que a mis otras tareas. La vida está llena de etapas, de puertas que cerramos para abrir otras, es lo que se llama evolución. Los cambios cuestan y el periodo de adaptación es un tiempo difícil pero no podemos mirar atrás ni vivir en la añoranza. Hay que pensar en el hoy para así alcanzar el mañana que deseamos.
Desde luego echo de menos muchas cosas pero las nuevas también traen consigo una parte positiva y es con eso con lo que debemos quedarnos:
- La independencia que te da vivir sola, reconozco que volver a casa es difícil. Pero desde luego vivir en casa de tus padres mientras estás opositando también tiene cosas buenas, gano tiempo porque no tengo que preocuparme de las tareas del hogar y estás acompañada cuando tienes un mal día.
- No hay «clases» que te obliguen a seguir su ritmo, esto al principio cuesta porque no hay esa obligación de levantarte a una hora concreta para asistir a clases pero en este caso personalmente lo llevo bien. Antes de empezar sabía que le tendría que dedicar mínimo ocho horas al día así que me organizo para cumplir un horario estable y así alcanzar los objetivos de la semana.
- Los compañeros y el ambiente. En la universidad estaba en contacto diario con mis compañeros y llegué a entablar una buena amistad tan con alguno de ellos. Opositando estás más sola, tienes menos contacto con la gente aunque realmente también conoces a otros opositores que te entenderán.
En fin… que es algo nuevo y diferente a toda la formación anterior. Requiere de dedicación, organización y constancia (sobre todo esto último porque opositar es como un trabajo pero que depende sólo de ti, eres autónomo completamente) pero vale la pena.
¿Por qué se ha de temer a los cambios?. Toda la vida es un cambio. ¿Por qué hemos de temerle? (Herbert George Wells)